En Taberna de Elia el pulso ante las brasas de Cata Lupo ha originado uno de los destinos gourmet más seguros del extrarradio madrileño.

Se recrea en el universo de las carnes y en las piezas de pescado a la parrilla, pero su propuesta culinaria es muy exigente y versátil.
En diciembre de 2014 este restaurante del Pozuelo más joven fue declarado la parrilla con mayor proyección del país por un jurado que presidió Matías Gorrotxategui, el patrón del histórico Julián de Tolosa, y avaló el presidente de la Real Academia de Gastronomía.
Su promotor, Catalino Lupo formado en El Torreón, célebre asador de Tordesillas, desde que llegara de su natal Rumanía. Prosperar asando carnes durante la dura crisis del 2008, cuando abrió Elia con el nombre de su abuela y un equipo de paisanos fue todo un ejemplo de integración y ganas.
Durante estos años la diversidad y complejidad en la propuesta de carnes rojas ha sido su reto, más que la búsqueda de un chuletón permanente y regularizado, como suele ser habitual en los asadores.
Aquí se contemplan expectativas más amplias: cortes de vaca rubia gallega o de buey mirandés de Portugal; del black angus de Oregón (USA) o del kagoshina wagyu japonés; de la simmental, la roja danesa, la frisona o el charolés europeos.
También la ternera rosada de la Sierra de Guadarrama, sin ir más lejos, cuyos T-bon sorprenden. Lo que permite compartir amenas degustaciones de razas, cortes, orígenes y maduraciones diversas.
Abundando en la variedad que tiene La Taberna de Elia, se han consolidado también los asados a la parrilla de pescados al estilo Getaria o las verduras a la brasa de leña.
De la combinación de tomates, cebollas, berenjenas y pimientos asados a la parrilla procede el pisto Elia. Es una formula con abolengo cárpato que se ha convertido en una especialidad inevitable. Como lo es, desde el primer día, el steak tartar, trinchado a cuchillo y al momento.
También una magistral hamburguesa que concierta dos excelencias: rubia gallega y presa ibérica. Con la cecina de wagyu, back angus o buey; los torreznos, las mollejas de ternera o el pinchos de bacalao en tempura, como preámbulo.
Además de un espléndido repertorio de quesos nacionales o de los grandes comté, pecorino o stilton para finalizar el ágape.
Y aunque la luminosa ampliación en forma de terraza, desahogada en su mobiliario y vegetación, coincidió con la adversidad del covid y sus contingencias, la respuesta de la clientela –entusiasta o no de la carne– afianza el lugar.
Moluscos
Temporada de bivalvos de otoño, con almejas, navajas, berberechos, mejillones o zamburiñas en plenitud, que aquí son especialidad a la parrilla, la plancha o en certeras salsas.
Dietética
Para aligerar las cenas, la carta nocturna de otoño, inspirada en hortalizas, pescados, mariscos y cortes de carnes elementales, sugeiere moderación gourmet y dietética.
Bodega
El muro adornado con duelas de barrica del comedor refleja la sensibilidad vinícola de la vitrina climatizada de enfrente: unas 250 referencias españolas y de medio mundo.

Vía de las Dos Castillas, 23. Pozuelo de Alarcón, Madrid. Tel. 911 62 74 29 · 616 878 287 www.latabernadeelia.es
